"¿Y hasta cuándo cree usted que
podemos seguir en este ir y venir del carajo? –le preguntó. Florentino Ariza
tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y
once días con sus noches.
—Toda la vida —dijo.”
El amor en los
tiempos del cólera, Gabriel García Márquez, 1985
En mi
última visita a las cenicientas de saldo y esquina no pude evitar ser atraído
por un tatuaje que tenía mi acompañante en su espalda a la altura de hombro
izquierdo:
"Lecciones".
Cómo nos dicen lo que nos dicen
Cómo nos dicen lo que nos dicen
Nunca
me han gustado las mujeres con tatuajes,
pero basto escuchar la profundidad de
sus palabras para fascinarme.
En una
conversación o en la comunicación en general,
solemos encontrarle el
significado hasta un 85% de forma no verbal,
es
decir, en cómo nos dicen lo que nos dicen.
La que sabe lo que habla
De
todas las personas que he conocido,
cada una
con sus propias adversidades,
me fascinó
que esta mujer en sus circunstancias
me
respondiera con tal actitud;
dura,
pero cautivadora,
como
quien sabe lo que habla,
cómo
quien aprendió lo que aprendió,
viviéndolo.
Que no
se lo contaron
-aunque posiblemente le
hubiera gustado que se lo cuenten.
La lección
“En la
vida
no hay
errores;
solo hay
lecciones”,
oí con su acento extranjero.
A partir de ahí la conversación se fue al carajo
y ya no pudimos volver a vernos a los ojos.
Epílogo
Y es así como me quedó claro que
podemos escuchar la misma lección mil veces
e ignorarla,
hasta encontrar a la persona
que nos la tatúe para toda la vida.
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