De chicos hemos dicho querer ser todo:
policía, doctor, bombero, etc.
Llega el momento en que la vida te llama
y exige de ti, la porción de valor que tienes que agregarle a la sociedad.
Si no has invertido aún el suficiente tiempo
en descubrir cuáles son tus talentos y encontrar la oportunidad para expresarlos,
es probable que le estés agregando un valor mínimo a la sociedad,
por el cuál estés recibiendo un ingreso mínimo.
Pero mientras esto ocurre existe una habilidad
que puede ir desarrollándose y que
sin que la lógica y la razón puedan comprender
en un inicio cómo es que,
puede ir abriéndote puertas,
sea que estés haciendo aquello para lo que has nacido,
como que no.
El poder del enfoque:
Todo el tiempo estamos enfocados,
pero,
¿Estamos enfocados en elementos externos
sobre el cual no tenemos ningún control?
El cómo se comportan las otras personas,
el clima, la economía,
la elecciones política de la mayoría, etc.
o
¿Estamos enfocados en elemento internos
sobre el cual sí tenemos control?
Mi puntualidad, mi estado de ánimo,
mi visión, mis valores,
mis objetivos para la semana,
etc.
Más suerte tengo
Hay una frase que aprendí hace algún tiempo
y que pude creer
una vez que conocí a mi compañero de trabajo
Julio Utani,
uno de los mejores vendedores de créditos:
"Mientras más trabajo,
más suerte tengo".
El estar en movimiento,
enfocado en lo que sí se tiene control,
logra resultados.
Estos últimos meses mi productividad ha aumentado.
De pronto pareciera que la competencia ha desaparecido
y todos los prospectos me buscaran
para solicitar su crédito.
El que está en movimiento,
tienes los resultados.