domingo, 5 de octubre de 2014

¿Quieres ser una persona con suerte?

De chicos hemos dicho querer ser todo:
policía, doctor, bombero, etc.

Llega el momento en que la vida te llama
y exige de ti, la porción de valor que tienes que agregarle a la sociedad.
Si no has invertido aún el suficiente tiempo
en descubrir cuáles son tus talentos y encontrar la oportunidad para expresarlos,
es probable que le estés agregando un valor mínimo a la sociedad,
por el cuál estés recibiendo un ingreso mínimo.
Pero mientras esto ocurre existe una habilidad
que puede ir desarrollándose y que
sin que la lógica y la razón puedan comprender
en un inicio cómo es que,
puede ir abriéndote puertas,
sea que estés haciendo aquello para lo que has nacido,
como que no.

El poder del enfoque:

Todo el tiempo estamos enfocados,
pero,
¿Estamos enfocados en elementos externos 
sobre el cual no tenemos ningún control?
El cómo se comportan las otras personas,
el clima, la economía,
la elecciones política de la mayoría, etc.
¿Estamos enfocados en elemento internos
sobre el cual sí tenemos control?
Mi puntualidad, mi estado de ánimo,
mi visión, mis valores,
mis objetivos para la semana,
etc.

Más suerte tengo

Hay una frase que aprendí hace algún tiempo
y que pude creer
una vez que conocí a mi compañero de trabajo
Julio Utani, 
uno de los mejores vendedores de créditos:
"Mientras más trabajo,
más suerte tengo".
El estar en movimiento,
enfocado en lo que sí se tiene control,
logra resultados.
Estos últimos meses mi productividad ha aumentado.
De pronto pareciera que la competencia ha desaparecido
y todos los prospectos me buscaran
para solicitar su crédito.
El que está en movimiento,
tienes los resultados.


sábado, 4 de octubre de 2014

El secreto sobre el amor

Encontrar eso para lo que crees firmemente que has nacido puede
llenarte 'mágicamente' de mucha energía y

hacer sentir como un pez en el agua.
Pero existe una razón por la que a la gran mayoría nos cuesta encontrarlo
o desarrollar ese talento una vez encontrado.
Algo que vendría a ser como el "pagar el precio"
por tan maravilloso descubrimiento:
antes de hacer lo que se ama,
hay que aprender a amar lo que se hace.

Amor en aumento


Tengo como disciplina el hacer ejercicio 3 veces por semana.
Nadie en mi casa mantiene ese hábito hoy en el hogar donde vivo,
por lo que si dejo de hacerlo no habrá ninguna llamada de atención.
Frecuentemente me encuentro con situaciones
con los que podría justificar mi ausencia en el gimnasio:
Demasiado frío para salir de la casa caminando,
demasiado cansancio para levantarme de la cama luego de volver del trabajo,
obligaciones del trabajo pendientes, obligaciones del hogar pendientes, etc.
No he sido deportista, no tengo genes que favorezcan mi gusto por el ejercicio,
pero cada vez que acabo una rutina en el gimnasio siento
que mi amor por el ejercicio va en aumento.
Me veo haciéndolo por el resto de mi vida
y que mis hijos hereden tan saludable hábito.
Cada día que asisto es para mí aprender algo nuevo sobre este mundo
y encontrar a personas con la misma constancia o amor es inspirador.

Luchando contra el desamor:


Amar lo que en determinado momento he tenido que hacer
me ha ayudado en cosas tan variadas como por ejemplo
las matemáticas,
el hablar frente al público o superar
la leucemia linfática.
Vivir en complacencia con lo que se tiene,
dejar de esforzarse, traicionar la visión que te has propuesto
 solo trae desamor y aburrimiento.
Aprendamos a amar lo que hacemos actualmente.
Y a ti
¿Qué te gustaría empezar a amar?